viernes, 5 de octubre de 2012

Colaboremos por el futuro de Plasencia


Los últimos datos que nos ofrece el Servicio Público de Empleo sobre el número de desempleados de Plasencia son alarmantes,  ya contamos con 5.633 parados (2.807 hombres y 2.826 mujeres). El año pasado por estas fechas el número de parados en la  ciudad era de 4.480 personas. El incremento con respecto al año anterior se sitúa en un 11,4%.

El poder adquisitivo de las familias de la ciudad ha bajado un 30% consecuencia de la precarización del mercado de trabajo, de los 848 contratos realizados en el último mes, como así nos informa el Servicio Público de Empleo, 792 lo fueron temporales frente a los 56 de carácter indefinido; o sea, un mercado laboral precarizado en más de un 90% y con percepciones salariales de subsistencia. Según datos de la Agencia Tributaria, nuestro salario medio anual es el más bajo de todo el Estado, siendo unos 8.000 euros menor que el que se percibe, por ejemplo, en Madrid.

Por otra parte más de 400 familias placentinas dependen de la ayuda alimentaria que da la ciudad, ayuda de primera necesidad que se presta a través de organizaciones sociales como Cruz Roja, Klesis y Cáritas. Este número -como así nos informaba recientemente la prensa- multiplicado por una media de cuatro por unidad familiar, supera las 1.600 personas, a las que la entrega de alimentos garantiza una base para su alimentación.

La ciudad de Plasencia es además, como así lo han constatado diferentes grupos políticos y sociales, la gran olvidada de los  presupuestos tanto de los del Gobierno de Extremadura como del Gobierno del Estado. Las partidas destinadas a la ciudad se  pueden contar con los dedos de una mano y sobran la mitad.

El parque eólico de la sierra de Santa Bárbara, al que el Gobierno de Extremadura ha dado luz verde, puede suponer el  hundimiento del principal motor de empleo en la ciudad; esto es, el sector hostelero ligado al turismo.

Si a todo esto le sumamos que Plasencia, al igual que Extremadura, soporta una de las presiones fiscales más altas sobre las  rentas más bajas y que el crédito a las familias y a las empresas ha caído; el panorama resulta desolador.

Ante esta realidad no queda otra que poner en marcha proyectos de cooperación política en los que se pongan los intereses y la defensa de la ciudad y de sus ciudadanos por encima de las siglas.

Las organizaciones políticas debemos de colaborar diseñando programas y propuestas que pongan en un primer plano la recuperación de los derechos sociales que han sido arrebatados a la ciudadanía. Programas y propuestas que sean capaces de dar voz y alternativa a la creciente indignación ciudadana para con aquellas políticas que dañan flagrantemente sus intereses.

Como certeramente indica el analista político Jaime Miquel Adrada, los electores no se dividen ya entre los que son de izquierdas y los que son de derechas, pues la dialéctica izquierda-derecha se quedó en el siglo XX; lo hacen ahora entre los que son sumisos a las políticas de la Unión Europea, que es quien tiene el mando, o insumisos a estas, y en consecuencia a los Gobiernos de turno que haya en España, en Extremadura o en Plasencia y que se plieguen a esos intereses foráneos.

Javier Caso Iglesias | Analista Político y Activista Social. Portavoz de CEx Plasencia

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